18 de septiembre
Pues sí, hoy nos espera lo más grande, la larga vuelta a
España…16 horas de espera en el aeropuerto de Delhi haciendo noche, 7 horas de
vuelo hasta Munich, cambio rápido de avión, otras dos horitas de viaje y
llegada a Barcelona a las 17.30 de mañana.
Tras tres días de intensa caminata, hoy hemos dormido
bastante bien (más vale…). Tenemos la mañana entera libre hasta las 2 de la
tarde, que es cuando volvemos a Delhi. Nos hemos levantado pronto para dejar
todo el equipaje listo, porque la emoción de las compritas en Nepal ha
aumentado los bultos considerablemente (Ana lleva dos bolsos más, y de los
grandes). Lo peor son las botas…siguen todavía empapadas desde ayer y eso
apesta cosa mala a humedad, tierra y plantas. La ropa lo mismo, es una cosa ya
insostenible después de 16 días sin poder usar una lavadora en condiciones y
tener que lavar la ropa a mano.
No podemos irnos de Nepal sin dar una última vuelta por la
calle principal de Thamel, el barrio de nuestro alojamiento y donde se
encuentran las tiendas. Unas últimas compras para fundir las rupias que nos
quedan y nos vamos con bastante tiempo para el aeropuerto por si hay problemas
de última hora. Y menos mal…porque hoy andan algunas calles cortadas y el taxista
ha tenido que hacer muchos desvíos. Están de celebración: decenas de personas
deambulan por la calle de un lado a otro y la mayoría de mujeres va vestida con
saris rojo y verde. Esta bonita
imagen será la última que tengamos como recuerdo de las calles nepalesas. Según
nos dijo Babu, hoy es el día de la mujer, y ellas van y lo celebran sin comer
nada durante el día y beben agua del pie de su marido…Yo no sé si es que lo
entendimos mal o es que de verdad se les va un poquito la olla. Desde luego
curioso es…
Después de haber pasado varios controles de seguridad,
incluso en la misma puerta del avión, a cada cual más ineficaz y ridículo, decimos
adiós a una Nepal que nos ha dejado con ganas de más. En el avión nos echamos
unas risas entre azafatas estiradas y los ronquidos decibélicos de un pasajero,
y nos plantamos de nuevo en la India. Nos tiemblan las piernas…sabemos que
alguna sorpresita final nos tiene que tener guardada este país. Son las 4 de la
tarde y hasta las 8 de la mañana del día siguiente no sale nuestro avión.
Descartamos totalmente salir del aeropuerto y pasar la noche en ningún hotel
porque: a) no hay apenas dinero, y b) ya estamos bien servidas de tráfico, olores, caos e indiadas. Salimos de “llegadas” y nos
subimos a “salidas”, pero…¡ya empezamos! El segurata de la puerta dice que
hasta 4 horas antes de la salida del vuelo no se puede entrar al aeropuerto.
Nos vamos a otra puerta de entrada y nos mandan para una sala de espera
y…Bueno, en fin, ¿qué os voy a contar ya? Damos un par de vueltas y acabamos
otra vez en “llegadas”. Allí nos plantamos en un banco y como había que matar
el tiempo de alguna manera, nos montamos un tenderete de lo más gitanil con la
ropa todavía húmeda colgando del porta-maletas, las botas apestosas aireándose o secándolas en los baños con el secador de mano,
pintándonos las uñas, depilándonos, dando paseítos, o sentadas mirando al
infinito…Más tarde nos entra hambre y tenemos que administrar bien lo que nos
queda de dinero. Después de mirar con lupa los precios, compramos las que
posiblemente fueran las peores galletas que podía haber. Nos subimos por la noche a esa
sala de espera abarrotada de gente, intentando dormir como podíamos (imposible),
intercambiando anécdotas con otra española y así, poco a poco…se acabó el insufrible
maratón.
Estamos rumbo a España, dejando un país que nos ha provocado
muchos sentimientos diferentes: sorpresa, disgustos, risas, enfado, conmoción…ha
puesto a prueba nuestra paciencia y fuerza de voluntad. Sin duda, como ya
advertíamos desde el primer capítulo, un país que no te deja indiferente y magnifica todos tus sentidos. Sólo
por eso, damos las gracias.
En algún lugar entre Pakistán y Afganistán de vuelta a España. Miles de kilómetros apenas habitados |
Pero esta aventura no acaba aquí. No os creáis que nos fuimos de vuelta a
casita…Las dos prendas al día siguiente de llegar a Barcelona se fueron a
Turquía una semana, por si fuera poco. Pero eso…eso es ya otra historia ;)
No hay comentarios:
Publicar un comentario